No, Milei no es así.
El excelente periodista del diario La Nación de Bs. As, en un arrebato de imaginación, le atribuye a Milei condiciones que jamás Milei se atrevió a imaginar que tenía, lo calificó como un sagaz político y gran estratega, o poco menos.
Lo único que mostró Milei fue su desesperación de figuración y fama, otro Zelenski con sueños de ser líder de occidente, de una de sus sectas al menos.
Sus sueños tienen poco que ver con Argentina, su sueño son las grande ligas, no muestra el menor interés por las cuestiones locales, más allá de dedicarnos diversos exabruptos y amenazas.
La economía argentina, es poco menos que un caos en medio de una recesión de niveles históricos, no es su problema, sus ministros están a la deriva sin planes, guías ni objetivos, más allá de conseguir el equilibrio fiscal.
Pagni, eso no alcanza.
Todos sus planes y proyectos fracasaron, pero él sigue viajando, en forma permanente y muy lujosa, por el mundo, provoca y seguirá provocando escándalos que mantengas los reflectores sobre él.
Todo está empantanado, sin embargo no se reunió ni se reúne con lideres de la oposición, tratando de destrabar algo, solo se reúne, y no muy seguido, con periodistas manejables y sumisos seguidores que lo visitan en la quinta de Olivos, donde reside con sus perros clonados, que según él, le cuentan cosas del más allá.
La casa Rosada, que es la casa de gobierno, es un ámbito extraño para él.
Tenemos claro que Milei no es un ladrón como lo son los compulsivos ladrones kirchneristas, pero eso no ayuda a buscar soluciones a nuestros problemas.
Nuestros problemas no son sus problemas, eso es un problema.
Sin embargo Pagni lo ve, poco menos, que como el político más sagaz de la historia argentina.
Por los antecedentes de Pagni y míos, sonaría razonable confiar más es las conclusiones de Pagni que en las mías, entonces no se porqué pienso que tal vez Pagni se dio a la Ginebra.
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Rubén Ardosain 