Imaginemos una isla muy alejada de todo, de 100 km2, donde viven 10 personas que están desparramadas por la isla.
Esas personas gozarán de mucha libertad y podrán ejercer su libre albedrío sin demasiados problemas.
Al tiempo llegan 90 personas más, ya son 100, pero igual viven sin mayores contratiempos, hay abundante comida y pueden corretear de aquí para allá, aunque con un poco más de cuidado, respetando ciertas reglas aunque no estén escritas.
Ahora imaginemos un planeta con algunos millones, no muchos, de habitantes, en realidad aquí no necesitamos imaginar nada, porque sabemos lo que sucedió, muchas guerras y enfrentamientos por doquier.
A pesar de eso, había lugares donde se podía vivir con ciertas libertades haciendo un poco de lo que a cada uno le diera gana.
Fue pasando el tiempo y la cantidad de gente crecía sin cesar y también crecían las restricciones y controles sobre lo que se podía o no, hacer.
Hoy día, con más de 7.000 millones de habitantes, ya la cosa se fue de madre. Hasta a través de las notebook personales y los celulares los vigilan.
Hace algunos años, comenzaron a poner en Alemania, algunas cámaras de TV en plazas públicas, no muchas, para control y vigilancia de la población en esos lugares.
Los medios de comunicación en general, los periodistas, filósofos, poetas, peluqueros, taxistas y opinólogos varios, comenzaron a desgarrarse las vestiduras clamando por el derecho a la privacidad, que esos controles vulneraban.
Hoy día, esos mismos personajes les exigen a los gobiernos que coloquen más y más cámaras de seguridad para control y vigilancia, en todos lados.
Cuando digo en todos lados, digo en todos lados y agrego además, en cualquier lado.
Lector 1: ¿Y de la libertad, qué?
Lector 2: ¿Y del libre albedrío, qué?
El autor: Capullos, bien, gracias…
¿Cómo se imaginan la cosa, cuando seamos 20 o 30.000 millones?
Los políticos, los filósofos, los poetas, los medios de comunicación, los periodistas, los peluqueros y los suplementos dominicales, hablarán loas de las hormigas, su organización y su forma tan inteligente y disciplinada de vivir.
Las iglesias sugerirán morirsea a los feligreses, previa donación de sus bienes a ellos, para poder disfrutar del paraíso celestial.
Y habrá premios y concursos en las redes, para las que aborten.
Aunque siempre habrá rebeldes sin causa que pensarán, pero no lo dirán, ¿pero de que nos salvó Cristo?
¨rubenardosain.wordpress.com¨
Lo llamativo es que donde los gobiernos no pueden poner cámaras (en el dormitorio, por ejemplo), los «millenials» (esa generación que tiene la brillante y revolucionaria idea de decir «les chiques» y «les diputades» – que obviamente solucionará todo problema de machismo y discriminación-)… se filman con sus celulares y suben sus proezas íntimas a youtube, para ser descubiertos por algún productor televisivo de realities y hacer carrera. Y si no son descubiertos como futuras estrellas mediáticas, al menos tiene material para chantajear al partenaire…